LA CLAVE IUSÉTICA DE HOY.
LA EVALUACIÓN ÉTICA DEL PODER
Juan José Bocaranda E
Duverger escribe que "cada sociedad se forma
ideas particulares sobre la naturaleza y las modalidades del poder y de la
obediencia",15 y define la legitimidad del poder como "la
cualidad que presenta un poder de ser conforme a la imagen del poder que se
considera válida en la sociedad".
Ahora bien, a medida que aumenta el sentido
crítico de la Humanidad,
aumenta también la valoración moral de las instituciones, más allá del Derecho.
Cuando el pueblo cuestiona al Gobierno, lo hace en función de la Moral Pública, y es
en ese sentido fundamental como lo aprueba o lo descalifica. El consentimiento
de los gobernados es fundamental en la idea de legitimidad del Poder Público, y
se refiere, especialmente, a la medida en que el mismo acate los valores
éticos.
La única "imagen del poder" que la
sociedad considera válida hoy, es la de un Estado regido por la Ley Moral. Para que
exista la legitimidad no son suficientes el aporte del Derecho, ni la
organización que éste realice aun con "criterios de justicia", pues
esto sería una concepción formal y estática. Se requiere una legitimidad
substancial, en desarrollo cotidiano y, en este sentido, se precisa una idea de
justicia permanente, que no puede tener lugar sin el aporte y orientación del
Principio Ético y si los funcionarios no la encauzan por la senda del bien,
acatando la Ley Moral.
Porque la justicia no es simplemente "idea", sino también y sobre
todo, valor, voluntad, sentimiento.
Sin un real sentimiento de lo justo, resulta
fácil que la "idea" de justicia se desvíe al influjo de malabarismos
intelectuales y formales, que redunden en la violación de los Derechos Humanos
o en la negación específica de los valores y de los principios democráticos.
El poder así evaluado, no puede realizarse sino
en el Estado Ético de Derecho.
No hay comentarios:
Publicar un comentario